Las aventuras de Mario y Sonic en el mundo videojueguil son de sobra conocidas, pero vamos a ir un poco más allá y plantearnos la realidad de estos dos conocidos personajes, fuera del mundo que a todos nos han contado a través de sus historias, y más en consonancia con el Mundo Real™ en que a nosotros nos ha tocado vivir.

Mario

La historia

Todos la conocemos. Un carpintero de nombre Jumpman que posteriormente se cambia de oficio y de nombre, pasando a ser fontanero y llamarse Mario.

Recorre un mundo imaginario de izquierda a derecha rompiendo bloques, matando Goombas y tortugas y consumiendo diferentes setas (1) y (2), además de flores y otros objetos que le dan distintos poderes, como lanzar bolas de fuego o poder volar. En su camino se cruza con tuberías por las que puede introducirse, y va recogiendo monedas esparcidas por el mapa.

Su objetivo es rescatar a la princesa del reino, que ha sido secuestrada por el enemigo de turno, Bowser.

Lo que vendría a ser esto en el Mundo Real™

Mario es un empleado de mantenimiento, que se encarga entre otras labores de la fontanería del castillo de Peach. Entre sus labores más habituales está la de limpiar los restos de hongos que se pegan en los retretes del palacio, ya que son el plato principal del reino, así como el preferido de la princesa.

Las historias que conocemos serían un fruto del cruce entre la imaginación del fontanero y algún efecto provocado por el consumo o inhalación de los gases de las setas que limpia. Peach posee varias propiedades, y los diferentes mundos y castillos que vamos descubriendo en los juegos no serían más que las diferentes habitaciones y jardines por las que va pasando.

Bowser podría ser el nombre de una empresa de limpieza de la competencia, temida por Mario ya que su relación calidad/precio podría ser mejor y llevarse la concesión de la fontanería del castillo, lo que sería un gran problema para el señor Mario, de ahí su preocupación porque Bowser no pueda llevar adelante sus planes.

Sonic

La historia

Un erizo, de nombre Sonic, estilizado, de color azul que corre a la velocidad del sonido, recogiendo anillos y  que lucha contra el Doctor Robotnik (o Doctor Eggman), un humano que posee un coeficiente intelectual de 300 y que ha encerrado en máquinas a todos los animales del reino.

Además, rebota por multitud de resortes, sabe nadar y conforme va teniendo más historias, se incrementa su elenco de amigos: cocodrilos, equidnas trepadores, gatos, conejos, zorros voladores y un largo etcétera.

Vamos, la clásica vida de un erizo común…

Lo que vendría a ser esto en el Mundo Real™

Nos encontramos con un erizo que ha consumido accidentalmente algún tipo de droga estimulante, por ejemplo un derivado de la anfetamina, como podría ser la metanfetamina o la metilendioximetanfetamina, que paradójicamente es de color azul.

Derivado de esto, su sistema nervioso central se ve activado, provocando hiperactividad, velocidad desmedida sin sufrir cansancio y el nulo apetito (¿habéis visto a Sonic comer en algún videojuego?). A partir de ahí empieza a imaginarse historias mientras va corriendo de un lado a otro por el bosque. Sobre los zorros con dos colas o los equidnas rojas no nos pronunciamos, pero a buen seguro la pantalla de Game Over apareció cuando trató de cruzar la carretera…

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Todo esto no tiene una posible demostración científica,  pero hemos intentando darle una explicación “real” y con un toque de humor a historias que no encajan en la vida real (sí, los videojuegos están llenos de ellas).

Nos hemos centrado en Mario y Sonic porque son dos clásicos del sector, pero también nos podríamos preguntar, por ejemplo, porque un Pokémon se golpea a sí mismo cuando está confundido o que explicación tiene que Pac-Man consuma pastillas en una habitación oscura con música machacona de fondo y le persigan fantasmas… pero lo dejamos para más adelante.